Hasta hace no tanto, el alquiler temporario era el Messi del mercado inmobiliario: imparable, deseado y garantía de éxito. Era la gallina de los huevos de oro, el negocio que todos querían en su equipo. Pero, como en toda buena historia, las cosas empezaron a cambiar.
Departamento en alquiler en Av. Caseros.
En los últimos meses, el alquiler temporario en CABA se había posicionado como una opción altamente rentable y segura para muchos propietarios inmobiliarios. La constante afluencia de turistas, tanto nacionales como internacionales, llenaba los departamentos y habitaciones disponibles, generando ingresos significativos en dólares. Este flujo de turistas no solo mantenía ocupadas las propiedades, sino que también ofrecía a los propietarios una protección parcial contra la devaluación del peso argentino, dado que los pagos en moneda extranjera aportaban estabilidad financiera.
El desgaste de la renta temporaria
Históricamente, los alquileres temporarios ofrecían una rentabilidad que rondaba el 7% anual, especialmente en barrios turísticos como Palermo, Recoleta, y San Telmo. Sin embargo, la inflación galopante, el atraso cambiario y la disminución del turismo han hecho que muchos propietarios reconsideren este modelo.
Ahora, con la economía argentina atravesando una de sus peores crisis y siendo uno de los países más caros de la región, mantener un departamento para alquiler temporario es cada vez más difícil. Los costos operativos, desde el mantenimiento hasta los servicios, siguen subiendo, mientras que la demanda turística, especialmente de extranjeros, ha caído.
El alquiler tradicional gana terreno
Frente a este panorama, muchos propietarios están volviendo al alquiler tradicional. Este tipo de alquiler, aunque menos glamuroso y con una rentabilidad que suele ser más baja, ofrece estabilidad y previsibilidad en los ingresos, algo muy valorado en un contexto de incertidumbre económica. La reciente derogación de la Ley de Alquileres también ha facilitado que los contratos tradicionales sean más flexibles, permitiendo actualizaciones más cortas que se ajusten mejor a la inflación.
El impacto del costo de vida en la elección del inquilino
La situación económica no solo afecta a los propietarios, sino también a los inquilinos. Argentina es actualmente uno de los países más caros de la región, e incluso compite en precios con algunos países de Europa. Esto significa que, para muchas personas, elegir un alquiler en pesos a largo plazo puede ser más accesible que optar por un alquiler temporario en dólares, especialmente cuando el salario promedio argentino no permite mucho margen de maniobra.
¿Qué hacemos ahora?
Si sos propietario y tenés un departamento, es tiempo de reflexionar. ¿Vale la pena seguir apostando al alquiler temporario? ¿O es mejor optar por la seguridad de un contrato a largo plazo en pesos con actualización trimestral? Lo cierto es que el mercado inmobiliario, como la economía en general, está en constante cambio. Adaptarse a estos cambios será clave para seguir obteniendo buenos resultados en un contexto tan volátil.
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